Tras un mes de marzo marcado por las lluvias, Belmez vuelve a lucir su mejor cara bajo un cielo despejado y un sol radiante.
Con la llegada del buen tiempo, Diariodebelmez.com ha querido aprovechar la ocasión para dar un paseo por las calles del municipio y capturar la belleza de este rincón único en el Valle del Guadiato, en el norte de la provincia de Córdoba.
El recorrido comienza en la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, un lugar de devoción y paz que, con su presencia imponente, da la bienvenida a vecinos y visitantes. Muy cerca de allí, la piscina municipal y el merendero ofrecen un espacio perfecto para el disfrute en los cálidos días de verano, convirtiéndose en punto de encuentro y esparcimiento para muchas familias.
Desde lo alto, el Castillo de Belmez contempla a su pueblo con su mirada histórica, testigo de siglos de vida y evolución. Mientras tanto, la callejuela de las flores aguarda su momento para llenarse de color con la llegada de la primavera.
En el corazón del municipio, la Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación se alza como símbolo de la espiritualidad y el patrimonio belmezano. A su alrededor, la vida fluye con naturalidad: en el mercado de abastos, niños juegan en el parque infantil, mientras que el hogar del pensionista se convierte en refugio y punto de reunión para los mayores.
No lejos de allí, la Plaza del Santo adorna el casco urbano con su encanto especial, y el parque municipal, considerado el pulmón verde de Belmez, ofrece un remanso de tranquilidad para todos aquellos que buscan un momento de descanso en plena naturaleza.
La emblemática calle Córdoba se llena de vida con sus locales comerciales y su constante ajetreo, conduciendo al Ayuntamiento, el centro de la actividad administrativa del municipio. Y mientras el día transcurre, el castillo sigue vigilante, testigo eterno de la historia y el día a día de Belmez.
Pero este es solo un adelanto de todo lo que Belmez tiene para ofrecer. Ahora te toca a ti venir y descubrir cada rincón de este precioso pueblo. ¡Te esperamos!
