
Este Miércoles Santo, 16 de abril, a las 21:00 horas, las calles de Belmez volvieron a llenarse de recogimiento, fe y emoción con la salida del tradicional Vía Crucis de la Real Hermandad del Cristo Crucificado.
A pesar de la amenaza de lluvia, que finalmente obligó a acortar el recorrido previsto, la imagen del Cristo salió con solemnidad, envuelta en un silencio profundo y la luz de los cirios que marcaban el camino de la oración popular.
La decisión de recortar el itinerario fue tomada con responsabilidad por la Hermandad, velando por la seguridad de la imagen y de todos los participantes. Sin embargo, ni la lluvia ni los cambios de última hora fueron un obstáculo para que el pueblo de Belmez saliera a la calle y acompañara con fervor al Cristo Crucificado. Los vecinos, junto a los hermanos y devotos, demostraron una vez más que la Semana Santa belmezana se vive con el alma, incluso cuando el cielo no acompaña.
La atmósfera, cargada de recogimiento, fue especialmente emotiva, marcada por los sonidos solemnes de la música, los rezos y la silenciosa comunión de todos los presentes. En cada paso, en cada mirada, se palpaba el respeto y el amor por esta tradición que forma parte del corazón espiritual de Belmez.
Desde Diariodebelmez.com, queremos reconocer la labor de la Real Hermandad del Cristo Crucificado, que, con esfuerzo y dedicación, hizo posible un Vía Crucis que, aunque más breve, fue profundamente sentido. También agradecemos a todos los vecinos y vecinas que salieron a acompañar, demostrando una vez más que la fe de nuestro pueblo no se detiene ni ante la lluvia.
Belmez vivió un Miércoles Santo diferente, pero igual de intenso, donde quedó claro que la devoción siempre encuentra su camino.