En un viernes santo marcado por la incertidumbre debido a las persistentes lluvias que azotaron la región durante toda la semana, la Hermandad del Santísimo Sacramento y Cristo Yacente de Belmez experimentó un giro inesperado de los acontecimientos.
Desafiando las predicciones meteorológicas, la divina providencia sonrió a los devotos de Belmez permitiendo la tan esperada salida del Paso de Cristo Yacente. A las 20:00 horas, bajo un cielo despejado que parecía otorgar su bendición, el paso comenzó su recorrido por las calles del pueblo.
Los costaleros, con determinación y fervor, llevaron el paso en un recorrido que no solo atravesó las calles de Belmez, sino también los corazones de los fieles, vecinos y turistas que se congregaron para presenciar tan sagrado evento.
A medida que el paso entraba de nuevo en la parroquia, las nubes hicieron acto de presencia, como si aguardaran respetuosamente el momento oportuno. Y justo entonces, con una delicadeza casi divina, la lluvia comenzó a caer, bendiciendo la tierra sedienta de la zona norte de Córdoba.
Este viernes santo no solo fue un testimonio de fe y devoción, sino también un recordatorio de la interconexión entre lo divino y lo terrenal. La procesión bajo el cielo despejado seguida de la lluvia tan necesaria para la región, deja una impresión imborrable en la memoria de los creyentes de Belmez, fortaleciendo su fe y renovando su esperanza en los designios divinos.