El porqué de los Tomillos.
Al igual que en otras zonas de nuestra geografía, en la víspera del día 20 de enero tiene lugar en Belmez la "Quemá de los Tomillos".
Se desconoce el origen de la actividad ritual, aunque, desde el punto de los informantes, surge con objeto de rememorar un momento pasado de peste o epidemia en el que se quemaban enseres, ropa, muebles y otros objetos que pudieran estar infectados y ardía el tomillo para apagar el mal olor de tantas candelas.
Los previos a la celebración los vecinos de la localidad salen al campo en grupos para buscar leña y tomillo, sobre todo la mañana del mismo día, constituyendo un acto de sociabilidad y convivencia realizando comidas campestres.
Ya por la tarde los vecinos comienzan a apilar leña al borde de la calzada en la que se encenderán las hogueras.
Aunque actualmente los diferentes alimentos que son consumidos durante la noche se compran en alguna de las carnicerías de la localidad, muchos de los vecinos han realizado matanzas en días recientes (desde noviembre a enero).
Algo similar sucede con el vino de pitarra, que algunos aún siguen produciendo en sus propias casas, una vez que compran las uvas en otros lugares.
Una vez las lumbres se han vuelto consistentes y hay rescoldos, se colocan parrillas con chacinas (morcillas y chorizos principalmente) y comienza el comensalismo grupal, en el que no falta vino de pitarra, cerveza, refrescos o platos previamente elaborados.
Existen personas que permanecen toda la noche en su candela, aunque son frecuentes las idas y venidas de unos y otros a diversas candelas, las invitaciones para degustar los platos y, entre risas y bromas, se realizan bailes, se saltan las lumbres, se tiznan la cara con el corcho quemado o se interpretan coplas con letras que aluden a la actividad ritual (como es el caso de la "El día de los Tomillos") y otras de carácter popular que se cantan en otros momentos de celebración("Adiós Belmez", "Por esa vía se va la vida mía", "Alcalde del Millón" u otras relacionadas con acontecimientos o personajes de la localidad).
Una vez que el apetito de propios y extraños se ha saciado a consciencia, se pasan a las copas de licores como whisky, ron o cualquier otro licor, en su mayoría mezclado con gaseosa o refresco.
La duración de la actividad difiere, pues hay candelas en las que la celebración transcurre unas horas, mientras otras se alargan hasta el amanecer.
En memoria de Manuel García Balsera.
Manuel García Balsera, vecino de Belmez nació el 19 de enero de 1931 el día de los Tomillos.
Para Manuel, ese día era muy especial, no solo por la quema de los tomillos, ni por la fecha de su nacimiento, su mayor ilusión era la de reunir a toda la familia alrededor de la enorme candela que hacía en la calle Nava, frente a su casa, Real 21 y mirar los ojos de su familia a la cual adoraba con devoción.
Una persona única del pueblo, su carácter era amable, cariñoso, alegre y muy familiar. Era de esas personas que, para él, todo el mundo era bueno y que siempre la gente necesita una segunda oportunidad.
No solo su familia lo adoraba, sino que sus paisanos belmezanos lo querían por lo grande que era de corazón, una persona pequeña de tamaño, pero enorme de alma.
La candela de la calle Nava, se quedó triste por la pérdida de su paisano que no podrá encender la hoguera, pero su familia continua con su legado y la prenden en su memoria.
En honor suyo, la familia se reúne alrededor de la hoguera para celebrar el día de los tomillos, su día.
Manuel García Balsera 22 de enero de 2017.
(Manolo 7000)