En la tarde-noche del jueves 31 de agosto, los depósitos de agua del castillo de Belmez se transformaron en un entorno mágico gracias a la visita organizada por el Ayuntamiento de Belmez.
La iluminación especial preparada para la ocasión permitió a los espectadores disfrutar de un ambiente único y cautivador.
La iniciativa, llevada a cabo por el Ayuntamiento, comprometido con el embellecimiento de su pueblo, buscaba resaltar la belleza de los depósitos de agua, una construcción arquitectónica emblemática en Belmez. Mediante una cuidadosa iluminación, los voluntarios lograron crear una atmósfera mágica que dejó maravillados a los espectadores.
Durante la visita, los asistentes pudieron recorrer los alrededores de los depósitos de agua y apreciar su majestuosidad bajo una perspectiva diferente. La iluminación especial realzaba los detalles arquitectónicos y resaltaba la belleza del lugar, creando un ambiente de ensueño.
La respuesta del pueblo fue muy positiva, con una gran afluencia de público que se acercó para disfrutar de esta experiencia única. Tanto residentes como visitantes pudieron sumergirse en un ambiente mágico y sentirse parte de algo especial.
Los voluntarios, satisfechos con el éxito de la visita, expresaron su gratitud a todos aquellos que se acercaron para hacer posible este evento único y especial. Su dedicación y esfuerzo fueron fundamentales para crear una experiencia memorable para la gente de Belmez.
Gracias a los lectores del Diariodebelmez.com, nos comunicaron quienes fueron los artífices del magnifico trabajo y desde aquí queremos agradecer su labor a José Sapena, Alberto Rivera y José Antonio Torquemada. ¡Enhorabuena por vuestro trabajo!
El Ayuntamiento de Belmez también quiso expresar su agradecimiento a los voluntarios y a todos aquellos que participaron en la visita. Destacó la importancia de la colaboración ciudadana en la mejora y promoción de los espacios públicos, y animó a todos los vecinos a seguir trabajando juntos para embellecer y potenciar los atractivos de la localidad.
Esta visita a los depósitos de agua de Belmez demostró una vez más el espíritu emprendedor y creativo de la comunidad, así como el deseo de promover el turismo y la cultura en la región. El éxito de este evento especial ha dejado un recuerdo imborrable en los corazones de todos los que tuvieron la oportunidad de presenciarlo.
Depósitos de agua de la ladera del castillo de Belmez.
Estos depósitos fueron construidos entre 1883 y 1884 por la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces y su misión era garantizar el agua potable a la población durante los tres meses de verano.
Una de las principales preocupaciones de las grandes compañías mineras durante el siglo XIX era suministrarse de agua suficiente para que pudieran funcionar las máquinas de vapor que utilizaban en minas, fábricas y talleres. En 1882, por falta de agua la propia compañía de Andaluces tuvo que parar el trabajo en la mina Santa Elisa durante cinco meses.
Para solucionar el problema, esta compañía pretendió establecer dos grandes tomas de agua en el Guadiato, una en la Vega, junto a la estación de Cabeza de Vaca, y otra en la Huerta del Carrascal, apenas a un kilómetro de Belmez, pero como esto traería muchos quebrantos a los vecinos, porque secaría totalmente el río en los meses de verano, el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con la compañía para que, a cambio de la concesión para extraer agua del río, construyera estos depósitos de agua potable que, con una capacidad de 3.500 metros cúbicos, garantizaba el consumo de la población. Además, la compañía debía instalar dos pilares públicos y establecer la red de agua potable en todo el pueblo.
Con una superficie de más de 1400 metros cuadrados, estos depósitos subterráneos han estado en uso durante más de cien años, siendo uno de los elementos patrimoniales más importantes y, al mismo tiempo, más desconocidos de los que existen en Belmez.
Actualmente el Ayuntamiento de Belmez está estudiando su musealización para que puedan ser más fácilmente visitables, además de otros proyectos de mayor envergadura para su futura puesta en valor.
Muy parecidos a estos, se pueden visitar otros depósitos en España, como el Depósito de Pronillo, en Santander, que forma parte del Museo del Agua de esta ciudad y fue construido en el mismo año que el de Belmez, y los depósitos de agua de Pignatelli, en Zaragoza, también de la misma época y reconvertidos en centro cultural (Espacio Pignatelli), en el que se ofrecen visitas guiadas en las que se explica todo lo relacionado con esta infraestructura, que forma parte del patrimonio industrial e histórico de la ciudad.