
En una emotiva jornada, el pueblo de Belmez se congregó para celebrar el Domingo de Ramos, marcando así el inicio solemne de la Semana Santa.
Desde tempranas horas, familias enteras junto a niños y niñas se dirigieron hacia la ermita del castillo, donde el párroco David Arellano presidió la bendición de las palmas, en un gesto que evoca la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Tras este momento de reflexión y fervor, la procesión se encaminó hacia la parroquia de Belmez, donde una misa especial aguardaba. Los fieles, acompañados por la vibrante música de la banda, entonaron cánticos de alabanza y devoción. La liturgia de la palabra, inspirada en la Pasión del Señor según el Evangelio de San Mateo, resonó profundamente en los corazones de los presentes.
La atmósfera de recogimiento se vio enriquecida por la tradicional procesión de "La Borriquita", que rememora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde la multitud lo aclamaba con palmas y alegría. Entre cánticos y oraciones, los fieles de Belmez acompañaron este emblemático recorrido, renovando así su compromiso con la fe y la espiritualidad en esta época sagrada del año.

El Domingo de Ramos en Belmez no solo fue un momento de celebración religiosa, sino también un encuentro comunitario donde la tradición y la devoción se entrelazaron para recordar y revivir los pasos de Jesucristo en su camino hacia la redención.