Inauguración del Mercado Mozárabe de Belmez: Un Viaje en el Tiempo y los Sentidos
El viernes 20 de octubre marcó un día especial para la encantadora villa de Belmez, con la esperada inauguración de su Mercado Mozárabe.
Bajo el cielo gris pero con ambiente festivo, la alcaldesa Ana Belén Blasco, acompañada por los miembros de la corporación municipal, cortó la cinta de apertura, dando inicio a un evento que transportó a los visitantes a una época de esplendor y misterio.
Desde el primer paso en la calle Córdoba, frente al Ayuntamiento, los sentidos se vieron envueltos en una danza cautivadora. El aroma del café recién tostado en el puesto de nuestros amigos de Gran Capitán se mezcló con la fragancia embriagadora de las flores en el puesto de Casandra. Al avanzar, la majestuosidad de la cetrería capturó la atención de jóvenes y mayores por igual. Majestuosas aves observaban con ojos curiosos el bullicio de los vecinos.
Pero la verdadera maravilla comenzó en la plaza de la iglesia, donde el mercado cobró vida en una sinfonía de colores y aromas. En un rincón, frutas deshidratadas deslumbraban con su vibrante gama de tonalidades y sabores, invitando a los curiosos a probar estas delicias. Más allá, una pata asada a la brasa emanaba un aroma medieval, sumergiendo a los presentes en la autenticidad de la época mozárabe.
La diversidad de los puestos cautivaba: bisutería centelleante, patatas fritas crujientes, juguetes de madera y mucho más. Además, nuestros vecinos de Extremadura se unieron a la celebración, ofreciendo una selección exquisita de ibéricos que deleitaron a los paladares más exigentes.
Los más jóvenes encontraron su felicidad en las atracciones de época, mientras que los visitantes exhaustos pudieron descansar y relajarse en la maravillosa Tetería del lugar. El Mercado Mozárabe no es solo un evento; es un viaje en el tiempo, una experiencia sensorial que deleita a los sentidos y transporta a todos a un mundo perdido.
Este maravilloso mercado, que comenzó el 20 de octubre, culminará el domingo 22. Es más que un evento; es una oportunidad para que los lugareños y los forasteros se enamoren de Belmez, un pueblo que atesora su historia y la comparte generosamente con todos los que lo visitan.
Desde las Alturas de Belmez: El Castillo Observa el Mercado Mozárabe con Alegría y Pasión
Desde lo más alto de Belmez, donde las piedras antiguas cuentan historias de tiempos olvidados, el majestuoso castillo observa con alegría y pasión el bullicio del Mercado Mozárabe que se desarrolla en las calles. Las murallas centenarias, testigos silenciosos de épocas pasadas, parecen cobrar vida ante el ajetreo colorido y animado que se desarrolla en la villa.
Desde su posición elevada, el castillo ofrece una vista panorámica de los intrincados puestos que exhiben mercancías exquisitas y artesanías habilidosas. Cada rincón del mercado está impregnado de la esencia de tiempos mozárabes, llevando a los visitantes a un viaje encantador a través de la historia.
La brisa suave de octubre agita las banderas que adornan el mercado mientras los visitantes se sumergen en un festín de colores, sabores y sonidos. El aroma de las especias flota en el aire, entrelazándose con el dulce perfume de las flores frescas y el humo tentador de las parrillas.
El castillo, con sus torres altas y sus muros robustos, observa con admiración el intercambio animado entre los vendedores y los compradores, cada transacción llenando el aire con risas y emoción. Desde sus almenas, ofrece una perspectiva única de la comunidad reunida para celebrar la riqueza de su herencia cultural.
Los rayos del sol junto a algunos chubascos, danzan sobre las tejas de los techos mientras el mercado cobra vida con la energía contagiosa de la multitud. Los músicos callejeros entonan melodías tradicionales, llenando cada esquina con la magia de la música antigua.
En este ambiente de celebración y camaradería, el castillo de Belmez, símbolo de fortaleza y resistencia, observa con una mezcla de orgullo y nostalgia. Cada risa, cada aroma y cada melodía son un tributo a la rica historia de esta tierra, un recordatorio de que, aunque los tiempos cambien, la pasión y la alegría de vivir perduran en el corazón de Belmez.