Los primeros compases de la Semana Santa resonaron ayer en Belmez con la celebración del Viernes de Dolores, una jornada de profunda carga simbólica que marca el inicio de esta época tan significativa para la comunidad religiosa.
En esta fecha especial, se conmemora el dolor de la Virgen María ante la pérdida de su hijo, Jesucristo, quien recorrió el Calvario para ofrecer su vida en la cruz, un acontecimiento que culminó con su gloriosa resurrección.
Desde la venerada Parroquia Nuestra Señora de la Anunciación, se llevó a cabo una solemne procesión en la que la imagen de la Virgen de los Dolores fue acompañada por las autoridades de Belmez, el séquito parroquial y los fieles de la localidad. A lo largo de las calles, la devoción y el respeto se palpaban en el ambiente, con los ojos de los presentes fijos en la figura de la Virgen, expresando tanto alegría como conmoción.
Las lágrimas brotaron de los rostros de los belmezanos y belmezanas, reflejando una devoción sincera hacia la Virgen mientras recorría las calles de su amado pueblo.
Este emotivo encuentro marca el inicio de una Semana Santa llena de significado y tradición, donde el amor y la fe se respiran en cada rincón de Belmez.
Reconocimiento a los valientes costaleros: Pilares de las procesiones de Semana Santa
En medio de la ferviente devoción que impregna las calles durante la Semana Santa, es crucial recordar y agradecer el esfuerzo y la dedicación de aquellos hombres y mujeres que, como auténticos pilares, cargan con el peso de la tradición y la fe: los costaleros.
Con valentía y entrega, estos costaleros se reúnen cada año para llevar sobre sus hombros el trono de la Virgen, paseándola con majestuosidad por las calles de su pueblo. Su labor no solo física, sino también espiritual, permite a los fieles contemplar la magnificencia de las procesiones, sumergiéndose así en la atmósfera de reverencia y devoción que caracteriza estas celebraciones.
Es un acto de entrega desinteresada, donde el esfuerzo y la fe se entrelazan para dar vida a una experiencia que va más allá de lo terrenal. A través de su sacrificio, los costaleros se convierten en verdaderos portadores de la tradición, llevando consigo la esencia misma de la Semana Santa y permitiendo que la comunidad pueda vivirla en toda su plenitud.
En este tiempo de reflexión y recogimiento, es justo y necesario rendir homenaje a estos verdaderos héroes anónimos, cuya labor silenciosa y humilde enriquece el espíritu de la Semana Santa y fortalece los lazos de comunidad y fe.