El pasado viernes 19 de enero, Belmez se sumió en una atmósfera única con la celebración del tan esperado "Día de los Tomillos". La tradición continuó el sábado 20 de enero, desbordando de significado, pasión y momentos inolvidables para belmezanos y belmezanas.
Desde las primeras luces del día, los habitantes de Belmez se entregaron a la preparación de su tosta de pan con aceite o paté, acompañada de un reconfortante café, mientras ya se vislumbraba en el horizonte la recolecta de leña y tomillos. El bullicio de coches recorriendo las calles en busca de familiares y amigos para unirse a la recolecta creaba un ambiente de risas y saludos, impregnado de ilusión ante la recompensa de cargar remolques con la preciada leña y los fragantes tomillos.
El pueblo cobraba vida con el trasiego de leña que se depositaba frente a las casas, en las puertas de los bares y en zonas designadas por el ayuntamiento para celebrar este día tan especial. Descargar la leña y los tomillos en compañía de familiares y amigos simbolizaba la unión familiar y el arraigo del pueblo a sus costumbres y tradiciones.
Las risas se multiplicaban por las calles al amontonar troncos para la esperada candela. Cuando la noche caía, el encendido se convertía en un momento emocionante y alegre. La hoguera crepitante reflejaba su luz en los ojos de los presentes, generando una imagen hipnótica que marcaba el inicio de un día lleno de ilusiones.
Con el tiempo, la hoguera se convertía en brasas perfectas para colocar una parrilla, donde los belmezanos y belmezanas asaban sardinas, panceta y otros manjares, deleitándose alrededor de la candela. Al caer la noche, la gente del pueblo visitaba las candelas de sus vecinos, compartiendo vino de pitarra, cerveza y delicias preparadas en las parrillas, todo ello acompañado del aroma a tomillos.
Las calles se llenaban de la fragancia de los tomillos y el humo de las candelas, creando un ambiente festivo que permitía disfrutar de las tradiciones que deben perdurar en el tiempo. Diariodebelmez.com recorrió las calles del pueblo, siendo testigo de la alegría y el compañerismo presentes en las candelas. Agradecemos especialmente a Alberto Benzal, hermano mayor de la hermandad, por su exquisito trato en el convento, donde la hoguera y las parrillas ofrecían generosamente viandas y bebidas a todos los presentes, mientras cánticos y bailes envolvían la noche, haciendo de este día una experiencia mágica para vecinos y visitantes por igual.
En resumen, Belmez vivió un Feliz Día de los Tomillos, donde la amistad y la familia se entrelazaron en un día de alegría que quedará grabado en la memoria de todos los vecinos y forasteros que descubrieron las costumbres y tradiciones de un gran pueblo.